El norte chileno es mágico y un misterio para muchos, hay atractivos que parecen sacados de otro planeta o de una película de ciencia ficción. Paisajes que te desatan la imaginación. Siempre hay algo entretenido que hacer en Atacama, desde exquisitas playas en la costa del Océano Pacífico, hasta verdes valles escondidos en medio de los paisajes desérticos de la región de Atacama. Aquí te traemos algunos de los lugares imperdibles para tu próximo viaje.

 

1.-Laguna Cejar


¿Qué te parece si salimos a flotar en pleno Desierto de Atacama? Después de alejarnos 16 kilómetros del pueblo de San Pedro de Atacama, se revela ante nosotros esa maravilla: un manchón de aguas azules y esmeralda llamado Laguna Cejar. Sin darnos cuenta, la curiosidad mueve rápido nuestros pasos hacia ese cuadro que tenemos por paisaje y que nos invita ser uno con la Cordillera de la Sal y el volcán Licancabur que nos saludan, los cristales de sal que brillan como diamantes y el sol que corona un despejado cielo índigo. ¡Qué maravilla de balneario natural!


No todo termina ahí, una vez que entras a las aguas de la laguna sucede el milagro, puedes flotar y moverte sin dificultad debido a las altas concentraciones de sal que dominan la laguna…una experiencia inolvidable.

2.- Geiser del Tatio


Son las seis de la mañana y el frío bajo cero del altiplano amenaza continuamente con escabullirse en nuestras ropas. Sin embargo, tan magnífico espectáculo vale cualquier sacrificio y en silencio contemplamos este santuario que los atacameños bautizaron como “el abuelo que no dejaba de llorar”. A 4200 metros sobre el nivel del mar, los Géiseres del Tatio nos dan la bienvenida.

Frente a nosotros, el sol naranjo se esconde entre fumarolas de hasta 10 metros de alto que se despliegan gloriosas sobre terrenos de rocas y piedras volcánicas. Sólo nos encontramos a 89 kilómetros de San Pedro de Atacama, pero más bien parece que hubiéramos viajado al inicio de los tiempos, cuando la Tierra recién se formaba y el hombre todavía no tenía intenciones de existir.

Los Geiser parecen inofensivos, pero el líquido que salpica y se transforma en vapor está a más de 85 grados Celsius. Sin embargo, de todas maneras puedes probar esas aguas en los pozones naturales que se encuentran en las cercanías. ¡Imperdible!

 

 

3.- Valle de la Luna


El valle de la Luna es un paraje desértico y punto de atracción turística, ubicado en el desierto de Atacama, a 13 km al oeste de San Pedro de Atacama. En 1982 fue declarado santuario de la naturaleza y es parte de la reserva nacional Los Flamencos, su ingreso está administrado por la Conaf y es accesible desde San Pedro de Atacama.

Comenzamos nuestro viaje con la bendición de las Tres Marías de cuarzo y granito que custodian la entrada al valle. Alrededor de estas esculturas, la sal escondida en la arena brilla como fragmentos de estrellas y el silencio absoluto nos hace creer por momentos que nos transportamos al satélite natural que cada noche acompaña nuestro sueño. Con una última mirada a esas mujeres talladas por el viento y la eternidad del desierto, iniciamos la travesía al místico Valle de la Luna.

Nuestra siguiente parada en este paraje lunar son las Cuevas de Sal con sus paredes rocosas de color ocre y senderos de naturaleza impredecible. Finalmente, deseosos de contemplar el Valle de la Luna en toda su majestuosidad, nos dirigimos a la Gran Duna. Tenemos suerte porque llegamos justo al atardecer cuando la cordillera de la sal se transforma en una danza de colores, sombras y luces que nos emociona profundamente.

 

 

 

4.-Volcán Llullaillaco

El volcán Llullaillaco es cosa seria, un desafío sólo para montañistas experimentados. Considerado uno de los cuatro volcanes más altos del mundo, este macizo de perfiles escarpados se encuentra en la frontera entre la Región de Antofagasta (Chile) y Provincia de Salta (Argentina).

Para llegar a su base por el lado chileno, muchos andinistas prefieren trasladarse en camionetas o 4 X 4 debido a las malas condiciones del camino. Desde ahí, comienzan el ascenso hasta el campamento base que levantarán a unos 4600 metros de altura.

Las inesperadas tormentas de nieve que se experimentan en la subida continuamente ponen fin a muchas de las misiones que pretenden conquistar los 6739 metros que registra este volcán. Otro obstáculo que también desalienta a los montañistas es el peligro que yace en los campos minados presentes en la base del macizo. Por eso, es de vital importancia ir acompañado de un guía y seguir las señalizaciones del camino que atraviesa el parque Llullaillaco.

El volcán Llullaillaco también es conocido por el secreto que escondía a 26 metros de su cima y que en el año 1999, el equipo de National Geographic reveló al mundo: un grupo de niños momificados con 500 años de antigüedad que se encontraban en perfectas condiciones, testigos silenciosos de lo que fue el imperio inca.

5.- Cerro Toco

Para una primera experiencia en montaña, venir al cerro Toco es una excelente decisión. A 5616 kilómetros sobre el nivel del mar, este volcán dormido se encuentra a sólo 60 kilómetros al sureste de San Pedro de Atacama. Hace 20 años atrás, el cerro Toco, “rincón” en el dialecto kunza, servía como yacimiento de azufre para Chuquicamata y hoy en su faldas se hospeda el observatorio ALMA, el mayor proyecto astronómico del mundo.

La espectacular vista da la bienvenida a todos los que buscan llegar a la cima. Desde lo alto, podemos divisar los majestuosos volcanes Licancabur y Juriques, el llano de Chaknantor y lagunas bolivianas en pleno paisaje desértico.